Javier Bardem y Alejandro González-Iñárritu van a los Óscares. Nunca antes tan merecida nominación para una película de este cineasta. Biutiful representa a México por octava ocasión en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera. Bardem va por Mejor Actor.
No escondo mi regocijo por ambas nominaciones. Biutiful es una obra maestra. Así como Babel era, desde mi punto de vista, una película tramposa, diseñada completamente para ser nominada, ésta me parece una obra profunda, hermosa, sin compromisos. Una película que jamás pensé que surgiera de México.
Ahora sólo falta algo: ganarlo. No me hagan mucho caso si no quieren, pero esta vez (tomen aire) creo que Biutiful se va a llevar el Óscar. Creo que le toca a González-Iñárritu. Es un paso congruente con el comportamiento de la Academia gringa. Además, la película lo merece. Los óscares son el domingo 27 de febrero.
Roberto Hernández y Layda Negrete son abogados. Y cineastas. Y buenos. Sobre todo él, quien codirige con Geoffrey Smith Presunto Culpable, un documental que revela el hoyo negro y profundísimo en el que descansa la justicia mexicana.
No sólo es un documental necesario, impresionante y brutal. También es muy entretenido. Es una película con la que la gente se va a divertir, y en ello radicará mucha de su fuerza ahora que se estrene, el 18 de febrero.
Presunto culpable no es la historia de Toño, acusado de asesinato. Más bien, es la documentación de un sistema perverso, inaguantable, que forma parte de la descomposición social y no de su paquete de soluciones. Después de ver esta película, queda clarísimo que si este sistema no cambia, muy probablemente formará parte de la caída definitiva de México en garras de la delincuencia, la impunidad y la miseria. Un sistema tan decadente, tan perfectamente siniestro, no pertenece a ningún proyecto social razonable.
La historia comienza en cualquier lugar de los acontecimientos. Por ejemplo, podemos ubicarla en el momento en el que a Toño lo interceptan en la calle y lo suben a una patrulla, lo detienen, lo interrogan y lo acusan. Para él empieza ahí. Pero antes, un asesinato estaba siendo "investigado" y por lo visto la policía judicial estaba lista para "hacer su chamba" pasara lo que pasara. También podría iniciar en el encuentro entre Toño y los que serán sus abogados, los hoy cineastas Hernández y Negrete. Así son los laberintos.
El caso no es extraño. A los policías les exigen resolver los homicidios. Y ellos los resuelven, con o sin los culpables. Un hombre es un hombre, después de todo, como decía Bertolt Brecht. Da lo mismo tener al verdadero asesino o a uno que está fichado como tal. Después de todo, ¿por qué no? En un sistema en el que no hay presunción de inocencia, todos son culpables. En México, basta con que a alguien lo acusen de un crimen para que la autoridad dé por hecho que ese crimen se cometió y que esa persona es responsable. Ante eso, a los policías les da igual tener al verdadero o a uno que iba pasando por la calle. Esa es la historia de Toño.
El naufragio de las leyes
Y en todo este asunto, las cámaras. Silenciosas testigos de un crimen que se está cometiendo. Lo de Toño no es una acusación, es un secuestro. Las autoridades lo tienen secuestrado y no lo piensan dejar libre porque hacerlo implica admitir que han cometido un error. Tan documentaron un crimen, que esa filmación sirvió después como prueba ante la sala de apelaciones del mismo proceso. Por eso, los cineastas-abogados recomiendan que la gente exija que se videograben sus procesos, comenzando antes que nada por la identificación de sospechosos.
Los creadores de Presunto Culpable citan a Juvenal, poeta romano del siglo I, quien acuñó la frase: "¿Quién custodia a nuestros custodios?" O en otras palabras, "¿Quién nos protege de los que nos protegen?" En el caso de la justicia en México, la respuesta es Nadie. Punto. Es una pelea de poder a poder, y el que no lo tiene, y cae en la lotería de este laberinto, se amuela. Nadie nos protege de los poderosos porque no existe un sistema de defensa válido.
Es una película para todos. Y es prácticamente una obligación. Y como les dije: se van a divertir. Presunto Culpable se estrena el 18 de febrero.
El mismo sistema que describe Presunto Culpable es al que se enfrenta Kalimba en la acusación por la que lo persigue el Estado de Quintana Roo. De hecho, en este mismo momento, el juez "evalúa" permitir que la defensa aporte testigos que contradicen la acusación de la mujer que dice que Kalimba la violó.
Testigos muy importantes. Empleados que jamás la oyeron gritar; personas que aseguran que jamás llegó al hotel a las tres de la mañana. Elementos que perfectamente dan lugar a dudas razonables en el caso.
Kalimba debería, antes que nada, videograbar todo el proceso. Todo. Por lo que se aprecia, va a ser muy difícil que Kalimba salga libre en esta vuelta. Se antoja que todo termine en instancias superiores, en cuyo caso, va a necesitar esos videos.
Colofón para el mundo que empieza. El show de Niurka Marcos en TV Azteca comprueba que esta columna es real. El mundo ya se acabó. Pero en serio. Sólo después del Apocalipsis se puede ver algo tan revelador de la miseria, el horror y lo que sucede en el Infierno. Qué brutos. Digo yo, ¿para qué adelantar el Juicio Final? Véanlo un día, pero llévense un espejo, para que se vean a ustedes mismos con la boca muy, pero muy abierta. Se me hace que no va a durar ni el mes.
Columna publicada originalmente en http://www.callemexico.com
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