sábado, 24 de diciembre de 2011

Playboy México: decisiones de balneario


Target de audiencia. ¿Quién te lee? ¿Quién te compra? Y por lo tanto, ¿quién se anuncia contigo?
A menos que su director, Alfredo Cedillo, haya notado un cambio sustancial en sus lectores, y ahora sean los mismos que leen y compran TVNotas, el Playboy México acaba de hacerse un daño enorme, potencialmente irreparable. Cedillo lleva ya dos portadas en las que la calidad de las modelos es francamente cuestionable, y en las que el estilo aspiracional de Playboy se pone en la cuerda floja.

Me refiero, evidentemente, a las portadas de Celia Lora y Daiana. La primera, hija del rockero Alex Lora, que se hizo famosa por matar imprudentemente a una persona en un accidente de auto. Su caso se ventiló en la televisión con Laura Bozzo y en las revistas de chismes de espectáculos. Se manifestó entonces que manejaba en estado de profunda intoxicación por exceso de una sustancia. Se hablaba de una ebriedad tal, que ella habría estado dormida al volante.

Daiana, el segundo caso, es una muchacha cuya demanda en Quintana Roo mandó a la cárcel al cantante Kalimba. La chica, quien acaba de cumplir la mayoría de edad, dijo que el cantante la obligó a tener sexo anal a los 17. Su historia no tenía mucha coherencia, pero el procurador de justicia del estado tomó el asunto como prioridad y durante meses, Kalimba fue presentado como violador de menores en los medios de comunicación.

Al final, la ausencia absoluta de pruebas terminó con el asunto y abrió la puerta para que la muchacha revelara sus verdaderas e inmediatas intenciones: fama y dinero.

El estilo Heffner vs. el estilo Bondojito

Tal vez vendan más revistas en un principio; pero a la larga, ¿qué pensarán los de los relojes Hublot o las joyerías Bizarro? Ellos están buscando un público que pueda comprarles, y los que leen de Daiana o Celia Lora no son esos. La revista gana si vende y circula más, pero pierde su target de audiencia. Los anuncios de autos caros, de estilo de vida y licores de marca, no son para el gran público; son para aquellos que asocian en su mente la aspiración de entrar en la mansión Playboy y tener encuerada en la cama a pura súper viejota entre sábanas de seda. Por eso, Playboy tiene un alto valor simbólico para sus consumidores; para convencer a los anunciantes así de especializados.

Y esto sin tomar en cuenta otro tipo de implicaciones sociales. ¿Abusa aquel que tiene sexo con una chica de 17 y no aquel que la encuera por dinero, públicamente, en cuanto cumple 18? Lo de Kalimba nunca se probó; lo otro es un hecho consumado.

Como medio de comunicación, ¿Playboy México está enviando un mensaje que le conviene? Mata a alguien con imprudencia, o abusa de alguien famoso acusándolo, y te ganas el dinero y la portada de la revista. ¿Es el tipo de comportamiento que esperan los anunciantes?

Ante todo, hay un mensaje que subyace en los lectores que aman el logo del conejito: son unos caballeros. Con esas mujeres, bajo esas circunstancias, hay una invitación subliminal a romper la regla. Playboy no se lee en los inodoros del Metro Pantitlán. ¿O sí? Yo apuesto a que el daño será amplio para la revista.

Ahora sí, ha vuelto Caifanes

El caos ha cedido poco a poco su lugar al sonido. Caifanes cierra el 2011 sonando a Caifanes. Algo sucedió desde el Foro Sol hasta el Palacio de los Deportes, en el que me encuentro redactando esta nota. La chica de la fila de atrás sigue taladrándome los oídos y sigo sin entender por qué esta nueva generación cree que ver a Caifanes es asistir a una sesión de karaoke a gritos. Tal vez haya sido la larga ausencia de la leyenda y que toda esta camada no los vió antes. Tal vez realmente esperaron mucho.

Del Vive Latino al Palacio: regresaron
 Más allá de eso, Caifanes está increíblemente bien. Fuertes, rockeros, creíbles. Debo decirlo: Alejandro Marcovich no está compitiendo más para opacar a sus compañeros. Toma sus momentos y respeta sus silencios. Vaya, ¡hasta permite los solos originales de guitarra de Saúl! (en canciones como "Mátenme porque me muero") Eso lo acerca a la altura de sus enormes talentos naturales. Sabo parece haber reabierto los canales de comunicación con sus amigos (si no lo fueran, no estaría ahí).

Diego Herrera se divierte. Alfonso André es de una sola pieza. Y Saúl es, una vez más, el front man.
O sea: Caifanes está vivo. Ahora debe venir un nuevo disco. Y la gira deberá estar a la altura de la leyenda en el 2012. Hay que diseñarla bien, contratar al mejor escenógrafo, el mejor diseñador de luces, escribir un guión... darle a Caifanes el lugar que le corresponde como el grupo de rock más importante de México.

Los espero. Soy fan. No tengo ninguna otra opción.

Colofón para el mundo que empieza. Ya se va a acabar el mundo. Paguen sus deudas, cierren sus heridas. Pero no se espanten. Todo, para inhalar, debe exhalar. Eso sí, lo repito una y otra vez: la mercadotecnia del final va a estar fuerte. No digan que no les avisé. Para mi, ya se los he dicho también, el mundo ya se acabó. Feliz Navidad.

Columna publicada originalmente en http://www.callemexico.com

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