martes, 8 de marzo de 2011

Suspender Presunto culpable; suspender la República

Actualización. El Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa invalidó la suspensión provisional de la película Presunto Culpable. Parece que aún tenemos país. Respiro aliviado. Ahora, la columna original...



"Res Publica." Asunto Público. Cosa Pública. Interés Público.

El tamaño de la intención es lo que asusta. En esencia, al menos en esencia filosófica y por lo tanto potencialmente práctica, la posible suspensión de la película Presunto Culpable equivale a la suspensión de la República, del Estado.

De ese tamaño es el atropello basado en las leyes que pretende cometer la jueza Blanca Lobo. No estoy bromeando. Y no estoy exagerando, a pesar de los leguleyos que siempre están dispuestos a defender las actuaciones de las personas que representan a la ley.

La semana pasada, al menos dos abogados me escribieron, me insultaron y me quisieron aleccionar porque se me ocurrió decir que la decisión de la jueza Lobo reflejaba el miedo de un sistema (el judicial) que se niega a cambiar. Me dijeron que leyera primero, que la suspensión era inmediata en estos casos, etc.

Pero no me convencieron. Y lo que es mejor, me hicieron entrevistar a algunos penalistas que me confirmaron que tengo razón. Encontré el argumento para decir que la jueza está atentando no sólo contra la libertad de expresión. Está atentando contra el Estado.

Hay tres condiciones...

El amparo sirve para que una persona se defienda del abuso de una autoridad. En este caso, el demandante dice que la Secretaría de Gobernación, al autorizar la exhibición de la película, afectó su imagen.

Bajo ese criterio, la jueza ordenó la suspensión del acto de autoridad y, según ella, eso incluye la suspensión de la exhibición de la película.

La jueza Lobo está mal, porque para poder ordenar la suspensión se requieren tres cosas.

1) Que haya un quejoso. Lo hay. Palomita.
2) Que la continuacion del acto pueda causarle daños irreparables al quejoso. Puede. Palomita.
3) Que la suspensión no afecte el interés público ni el orden público. Lo afecta. Tache.

No procede la suspensión. Punto. La exhibición del documental Presunto culpable es de absoluto interés público. Es un documento periodístico acerca de las actuaciones de la autoridad. Y la autoridad es asunto público.

Vayamos a las raíces, al derecho romano, donde "res" se refiere a algo que es de uso público. Esto, en una connotación simple equivale a los puentes, los caminos, los acueductos, y en una más amplia a todos los asuntos e intereses de uso social, incluyendo los juzgados, el senado, y hasta los gobiernos. Todo acto de legislatura es de interés público. La "res" abarca, en última instancia, al Estado en su totalidad. Y no tiene que ser una democracia. Puede ser un reino o un imperio. Aún así hay "Res Publica".

Ese es el corazón de la ley que acota la actuación de la autoridad, o un juez autoritario que está combatiendo un supuesto abuso con un abuso comprobado, afectando los intereses de la gente para la que trabaja.

Lo más fuerte: esta semana la mujer va a "decidir" si la suspensión es definitiva. Lo que se juega es mucho más grande que ella, que los creadores de la película, el público e incluso la libertad de expresión. Lo que se juega se balancea justo a la puerta de una dictadura impuesta por el poder judicial. Un golpe de estado desde un juzgado.

De ese tamaño. Porque se impondría por encima del poder ejecutivo y del legislativo y, finalmente, de las personas que tienen derecho al escrutinio de todos los asuntos públicos.

Lo más sospechoso es que la película denuncia precisamente los abusos de ese poder. No lo olviden, los tres poderes actúan en un delicado balance que, de resquebrajarse, abriría la Caja de Pandora a la que muchos quieren quitarle el cerrojo.

A los leguleyos que justifican estas acciones les digo: es hora de volver a la esencia de las leyes, de las palabras, de la verdadera utilidad de las instituciones. Porque si no, entonces da lo mismo hacerle caso a López Obrador y mandarlas al Diablo. O ya de plano darle poder plenipotenciario a otro Don Porfirio.

La gente no se ha callado. Ha llenado los cines. Ahora sólo falta ver para quien trabaja la jueza Lobo, si está tan sola como parece, o si ya se acabó la República Mexicana.

Colofón para el mundo que empieza. En los premios TVyNovelas Acapulco la frase era "Habla bien de ACA". Pero el público abucheó a Manuel Añorve, el presidente municipal; los invitados decidieron no salir el sábado por temor y sólo salió Israel Jaitovich al Baby-O para ser testigo de un hombre de apellido Morlet al que acribillaron con cuernos de chivo justo enfrente de la discoteca. El domingo volé con su familia, que iba por el cadáver. Un día antes volaron unas patrullas con bombas molotov. Y a la esposa de Memo del Bosque le robaron el reloj en un supermercado. Ella llevaba su pulsera de "Habla bien de ACA". Del Bosque ofreció recompensa por Twitter. En lo personal, después de abrazar a los padres del asesinado señor Morlet en el aeropuerto no puedo sumarme a la campaña. No hay que hablar bien ni mal: hay que decir la verdad. Sólo así se puede corregirla.

Columna publicada originalmente en http://www.callemexico.com
Twitter: @KermitFranco
Email: rfranco@callemexico.com




1 comentario:

  1. sabes algo a mi me dio terror ver el documental por que ahora resulta que si salgo a la calle me pueden agarrar y culpar y si no tienes lana pa salir ya te jodiste

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