miércoles, 20 de abril de 2011

Cock: divertido retrato de la codependencia




No puedo pensar en una mejor elección para convertirse en un trancazo de crítica y taquilla que Cock, de Mike Bartlett.

El elemento más atractivo es la indecisión, la bipolaridad de una persona que presenta varias caras de la sociedad de hoy. Por una parte, es gay. Por la otra, descubre que le gusta una muchacha que conoció en el metro. Juan no sabe si es bisexual, heterosexual, o qué. Vaya, ni siquiera sabe si es un joven o una señora frustrada en manos de un marido que lo tiene prácticamente secuestrado. Lo que es peor: no sabe que es codependiente.

Ese es el hilo que hará de Cock un éxito; que más allá del discurso acerca de la confusión sexual en la que vivimos, la obra relata un asunto común a todas las personas: la codependencia, elemento sintomático de la humanidad, aparentemente inscrito en nuestra naturaleza, que produce el chantaje y todos los elementos de disfuncionalidad en cualquier familia, sin importar las preferencias sexuales de sus elementos. Juan es un joven que a los 21 años "se salió del clóset" y encontró aceptación inmediata en un "ambiente". En ese momento fue "tomado" por un hombre mayor con enormes carencias emocionales. Los espectadores somos invitados a ver su historia en el preciso momento en el que esa relación entra en crisis.

Todos somos Juan

Como buen codependiente, Juan es nosotros: la señora golpeada, el joven soñador, la señorita que pensó que era mejor tener un marido proveedor, el chantajista pasivo. Y más aún; al intentar escapar de esa circunstancia en manos de una mujer, se convierte en el hombre proveedor, el machín, el novio chantajista, el manipulador... La gama de personas que tienen puntos de identificación con el personaje es enorme. Juan es uncamaleón que lleva a todos al extremo. Su novio le pregunta "¿Quién eres?" su novia le dice que es "un trazo", sin dibujar, "como de alambre". Sus dos amantes viven una desesperación que alimenta su dependencia emocional de Juan. Y él parece víctima.

Juan controla a sus dos amantes aparentando no tener control, ni responsabilidad, sobre un triángulo amoroso que -afortunadamente- no se detiene jamás a pensar en el elemento de su bisexualidad, solamente en los elementos que harían interesante cualquier triángulo amoroso. Esto, hasta que aparece en escena el cuarto elemento, un hombre mayor que hace las veces de voz moral de la sociedad, así como nuevo eje de codependencia.

Juan es un satélite atrapado entre dos enormes fuerzas de gravedad (y por lo tanto de atracción). A él le gustaría que una de las dos lo succionara y lo desapareciera. Entonces -agradezcámosle esto al dramaturgo Bartlett- aparece ese eterno elemento que rasga la tela con la que está fabricada la humanidad: el libre albedrío...

El que se la pierda...

Cock es una comedia brillante, extraordinaria, finamente planteada y maravillosamente dirigida por Toño Serrano. Diego Luna está estupendo; se permite gravitar alrededor del trabajo de sus compañeros y así le da fuerza y credibilidad a su personaje (Juan, en sus manos, es realmente anodino). José María Yazpik sorprende. En su trabajo más sólido y mejor realizado hasta la fecha, toma la batuta y el control de la obra dándole esa fuerza de atracción que hace creíble que Juan no pueda salir de su circunstancia. Javier Díaz Dueñas regresa a la escena para dar cátedra de aplomo al momento de pisar un escenario y regalarle la vuelta completa a la trama, con una interpretación exacta del espejo contrario de Juan: un hombre que tiene que poner sus "grandes convicciones morales" al servicio de un mundo homosexual que le fastidia. Díaz Dueñas, silenciosamente, concreta la bipolaridad de Juan en el espejo de esa misma esquizofrenia, pero en su faceta social. Brillante texto, señor Bartlett.

Sólo me falla Ilse Salas. Me falta actriz. La obra carece del otro hoyo negro que está tratando de absorber a Juan en su inmensa obscuridad. La señorita Salas parece estar demasiado consciente de estar en escena; sus diálogos son entregados de tal manera, que adivinamos el texto escrito... Hay que aclarar que esta reseña corresponde a la semana de preestrenos, pero necesito poner en duda que ella logre llegar al nivel que ya alcanzó este montaje. Le queda muy poco tiempo para abandonar su persona y permitirse ese empujón que la lleve a la altura de sus compañeros. Ojalá lo logre, porque de ser así Cock pasará de ser un gran montaje a uno con tintes de leyenda.

Por lo demás, hay que felicitar a Jorge Ballina por el diseño escénico. Simplemente brillante. Y a los productores, Claudio Carrera y Tina Galindo, por seguir teniendo la visión que, al final, está profesionalizando el mejor teatro universitario y convirtiéndolo en el mejor teatro comercial.

Cock. Si se la pierden (va a durar sólo de 12 a 14 semanas y habrá gira) son ustedes un huevo podrido. Perdón... Así de buena está (http://www.ticketmaster.com.mx).

Grita antes de morir 4: Wes Craven toma el mando



Autoexplicativa, pagada de sí misma, ególatra... Grita antes de Morir 4 (Scream 4), pretende rehacer el género del cine de terror y asesinatos... ¡Y al mismo tiempo explicarse!

Es Wes Craven, creador y director de la serie de películas Pesadilla en la Calle del Infierno, quien junto a los hermanos Bob y Harvey Weinstein se apodera de la franquicia más joven del cine de terror para ponerla, según ellos, a la altura de las exigencias del público del año 2011. Una audiencia que, sobra decirlo, ya lo ha visto todo.

Lo paradójico es que Craven usa una vieja fórmula: explicar la trama a cada segundo (cosa que ya hizo hace años en la Pesadilla 7).

El enemigo del cine de terror es hoy un conglomerado de factores externos: lo ya visto, las redes sociales, la hiperconectividad de los usuarios (y posibles víctimas) y, sobre todo... la apertura sexual. El secreto del éxito de estas películas entre su público, los adolescentes, es la sexualidad implícita en cada asesinato. Casi todas comienzan con la muerte de una muy guapa chamaca, que está en su casa, en baby doll, sola. Entonces alguien irrumpe en esa intimidad y desgarra la carne de la señorita junto con la tela de su pijama de ositos, en el cuarto donde todavía están sus muñecas... O una mujer es cortada en pedacitos cuando nada semidesnuda en un lago a donde fue con el muchacho que iba a cobrar su virginidad. En todos los casos hay tomas frontales a los senos desnudos o semidesnudos de las chamacas.

Además, no mueren gays en estas películas. Todas son una clara parodia soft-porno. Vamos, no se asusten... Así es y punto.

Por eso Craven y los Weinstein le dan a Grita antes de morir una vuelta de tuerca que revalúa el papel del adolescente calenturiento convertido en asesino potencial, y el de las mujeres victimizadas. Tal vez por eso, en un gran guiño a este "cambio", Craven decide abrir la historia con una asesina descarada...

Al final, el resultado es... que los críticos han adorado la película. Y que la gente llena los cines. A mi... Me divirtió. Les paso la recomendación. No serán estafados por el precio del boleto y la inversión de su tiempo. No se necesita más.

Colofón para el mundo que empieza. En el Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000, terrenos de la UNAM) están presentando La inauguración, de Vaclav Havel y Rock & Roll, de Tom Stoppard. Ambos teatros, el Sor Juana y el Juan Ruiz de Alarcón, se están llenando en cada función. ¿No les parece coherente comprar boletos y averiguar por qué? Son cortas temporadas, no lo olviden (http://teatro.unam.mx).

Columna publicada originalmente en http://www.callemexico.com
Twitter: @KermitFranco
Email: rfranco@callemexico.com

1 comentario:

  1. Pero Kermit, ¿qué ha pasado con la Taquilla? Están de fiesta todo el rato; ¿estás enamorado y ya nada más te importa, verdad?

    ¡Felicidades, Kermit! :p

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