jueves, 16 de junio de 2011

Super 8: un Frankenstein de Spielberg






"¿Pero qué está haciendo?"

"Está haciendo un modelo."

No les he contado la película entera, pero casi. Sólo acuérdense de ese diálogo, porque en él reside la clave de Super 8, la nueva película producida por Steven Spielberg, que se estrenó esta semana en EU y que llegará a los cines de México el 5 de agosto.

Super 8 es una cocreación de Spielberg y J.J Abrams, inventor de la serie Lost. Pero poco hay de Abrams y su intrincada teoría del caos, manifestada en la hipertrama de la exitosa serie de televisión. Más bien parece como si Spielberg le hubiera dicho: "te doy el dinero, pero haces una de mis películas, no... Más aún... Haces un homenaje al homenaje de mis creaciones de los años ochenta, pero con tu magia del 2011".

Lo peor: es un homenaje a Spielberg.

Miren ustedes, en Super 8, hay un cineasta adolescente judío, el típico gringuito suburbano, de apellido Kaznyk, que insiste en hacer una película de zombies para un festival de cine amateur. Spielberg era el típico adolescente judío suburbano que a los 12 años filmó su primer western (El último pistolero) en... sí... adivinaron... super 8.

Al personaje Benji Kaznyk se le rompe la cámara durante el choque de un tren (que le da cuerpo a la trama) y tiene que robar la cámara del papá de su amigo Joey. Spielberg filmó su película con la cámara super 8 de su papá, porque estaba rota la cámara de fotos.

En la película ficticia del muchachito Kaznyk, hay un choque de trenes simulado con un tren de juguete, que los niños vuelan para la escena. En la de Spielberg había un accidente de trenes de juguete de la famosa marca Lionel.

En pocas palabras: J.J. Abrams mis polainas. El nuevo niño consentido de Hollywood y su idea fueron secuestrados por Steven Spielberg para que el magnate del cine se hiciera un homenaje descarado.

Qué bonito soy, qué lindo soy, cómo me quiero...

Para nadie es un secreto que Steven Spielberg se ama. Se adora. Se besa el ego todas las noches antes de dormir. Es obvio para los que lo vieron haciendo corajes cuando Salvando al Soldado Ryan no ganó el Óscar, tan seguro que esa cursilería tenía derecho plenipotenciario sobre la estatuilla. Y como buen ególatra, es un niño. Uno que aún hoy sigue añorando "los viejos buenos tiempos" en los que el público de todo el mundo se le arrodillaba pidiéndole más E.T., más Gremlins, más Poltergeist...

Fue precisamente el "accidente" de filmar en super 8 y la rotura de la cámara de fotos, lo que dio a luz a uno de los dos cineastas de entretenimiento más importantes del siglo pasado (el otro es George Lucas)... De ahí ya no hubo marcha atrás: Spielberg se siguió con Firelight (antecedente de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo) y en 1975 la pegó en grande con Tiburón. De ahí, a veces como director, productor o guionista, ligó un éxito tras otro; todos con un sello peculiar: comparar la tranquilidad de los suburbios contra un evento extraordinario que cambia las vidas de todos en el pueblo. Una especie de sueño adolescente en la que él -y nadie más- es protagonista de sus propias historias.

De ahí que no sea difícil adivinar la omnipresencia del productor en la película de J.J. Abrams. No hay nada del director de Star Trek y Cloverfield; si acaso el monstruo, que no puede faltar en ninguna de sus producciones. Pero fuera de eso, es una película que mezcla lo mejor y lo peor de Gremlins, Poltergeist, Encuentros cercanos del tercer tipo y similares. Es, ni más ni menos, que un "modelo", cuya función es recaudar el poder fílmico de un cineasta que "paga por ver", y cuya apuesta es que en este 2011 sus viejas ideas aún pueden funcionar.

Porque a final de cuentas, de eso se trata; de ver si el cine de los años ochenta aún sorprende y enamora a una generación tomada por Twitter y Facebook. Y a decir de los primeros resultados, podría ser... Super 8 recaudó 37 millones de dólares en su primer fin de semana de exhibición en EU, desbancando a X Men: First Class. La segunda semana es vital: si la tendencia crece, querrá decir que Spielberg aún tiene razón y que su cine fantástico está vivo y coleando.

Por lo pronto, en México, hay que esperar un poco más (repito: agosto 5) para que llegue. Fans de Spielberg, no desesperen: ya viene su nene consentido.

Colofón para el mundo que empieza. Declaro oficialmente abiertas las celebraciones por el fin del mundo. La fiesta durará hasta el 31 de diciembre del 2012 (si llegamos). Justo cuando comience el 2013 -en caso de que salga el sol ese día- les diré qué sigue. Porque como les he venido repitiendo, al menos para un servidor, el mundo ya se acabó. Les explico cuando terminen de vivir este Armagedón. Que lo disfruten.

Columna publicada originalmente en http://www.callemexico.com

Twitter: @KermitFranco

Email: rfranco@callemexico.com



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