domingo, 20 de noviembre de 2011

El derecho (o el perverso) de ser Kinky...





El manager del grupo Kinky, Alex Mizrahi, asumió en un "twitt" que Susana Zabaleta es mi "protegida". Así lo dijo: "@KermitFranco por lo pronto nos apegamos a lo q dice la ley y si tu o tu protegida SZ tienen una preocupacion seria, mandenla al Congreso ja" (sic).

Risa y suposición. Casi acusación. Mi "protegida". Esto me hace comprobar que el dilema legal entre el grupo Kinky y la cantante Susana Zabaleta, quien le puso "Kinky" a su disco, ha tomado tintes personales. De orgullo. Pero para toda historia hay dos lados y hay que ver ambos. Puedo entender por qué Mizrahi y el grupo Kinky creen que tienen razón. Y puedo ver por qué Susana Zabaleta cree que tiene razón. Como periodista de espectáculos, comento y listo. Y si mis comentarios le caen mejor a un lado que al otro, lo lamento, pero nada más.

Kinky es un adjetivo. No lo inventó el grupo Kinky. Pero lo pudo registrar. "Taquilla" es un sustantivo, y tengo -por ejemplo- registrado su uso para programas de radio y TV en la República Mexicana. No puedo tocar el programa de espectáculos homónimo en España (que existe), pero tampoco puedo pedir el uso exclusivo para toda instancia, sobre todo si no hago usufructo de ellas.

En este caso, el grupo de Monterrey y su Manager creen que Susana Zabaleta viola sus derechos, al haberle puesto "Kinky" a su más reciente disco. Ella asegura que está usando un adjetivo en inglés, que significa "Perverso", y que no afecta los intereses del grupo.

Alternativamente, ambos han anunciado sus "triunfos". La Zabaleta primero; Mizrahi y el grupo después. Los involucrados son, además de ellos, el Instituto Nacional de Derechos de Autor y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

Multas van, multas vienen...

El último capítulo de la batalla es el anuncio de que el IMPI multó a la Zabaleta con 600 mil pesos. Kinky y Mizrahi festejaron. Pero la Zabaleta contestó que demandará al IMPI, lo cual hace ver que está bien asesorada. El pleito está muy publicitado y poco a poco el nombre y sus efectos comienzan a permear en lugares que antes nunca hubieran soñado: las amas de casa. Todos saben que el grupo Kinky está peleado con el "Kinky" de Susana Zabaleta. Todos están comenzando a enterarse qué significa la palabreja.

Ahora, el manager eligió el Twitter para refutarme. La razón: tengo una opinión que no le favorece completamente. Aquí, desarrollada, esa opinión:

Pro de favorecer al grupo Kinky. Orden. En caso de que el grupo no se vea favorecido, algunas personas podrían usar esa resolución para ponerle a sus discos nombres populares. Por ejemplo, yo le podría llamar "Maná" a un disco. Eso es lo que protege la ley autoral: que nadie confunda al consumidor, usando el derecho de terceras personas.

Contra de favorecer al grupo Kinky. Abuso. Si la resolución favorece al grupo, habría que tener mucho más cuidado a la hora de usar ciertos nombres o adjetivos en productos artísticos. Nadie le podría poner a su disco "Fobia", o usar la palabra "Jaguares". Bajo esa premisa, jamás habría existido el grupo "Caifanes" o la canción "Mátenme porque me muero", porque los productores de las películas podrían haberlo impedido. A la larga, esto puede dañar toda la industria, y el mismo Alex Mizrahi sufriría las consecuencias en otros productos que maneja. Además, Mizrahi maneja Ocesa Seitrack, uno de los más fuertes consorcios de management de México. Si esto prospera, ¿ya nadie va a poder usar las palabras que le dan nombre a sus grupos? ¿Tendríamos que pagar derechos por usar Panda, Playa, Limbo, Motel o Jumbo? Es un terreno muy riesgoso, y ello justificaría lo que ha hecho la Zabaleta: ponerse una mordaza en sus fotos que dicen "Libertad de Expresión".

Pleito entre pacifistas

Lo más paradójico es que este pleito se da entre dos instancias que abogan, a su modo, por la libertad de expresión. De un lado el rock, un género que hasta hace poco estaba confinado a la semiclandestinidad y que odiaba cualquier acción corporativa como ésta (a la que los rocanroleros generalmente tachan de "brutalidad"). Del otro, una mujer que habla constantemente de romper las ataduras sociales. Es interesante que la vida los haya confrontado, más aún cuando, estoy seguro, de no haber iniciado este proceso, nadie se habría dado cuenta. Kinky habría seguido siendo Kinky, y Susana Zabaleta habría tenido su disco "Kinky". Y ya. Cada uno con su público, que ni siquiera se tocan.

Pero hubo algo que pudo más. Ahora, a ver qué sucede, de qué cuero salen más correas, y cómo las decisiones de los jueces y los abogados afectan a la industria. Creo, a final de cuentas, que esto sólo enriquecerá a los abogados. Pero cada quien usa el dinero de su éxito en lo que se le pega la gana. Suerte a todos.

Colofón para el mundo que empieza. Fui a ver a los Stone Temple Pilots en el Plaza Condesa (nunca los demandaron los Rolling Stones, por cierto). Lo único que me pregunto es: ¿por qué se tardaron tanto en abrirlo como lugar de conciertos? Es un lujo, que hace más paranoica la experiencia de vivir en México: ya no sé si estamos en Amsterdam, o en Irak. Espero que no en los dos...

Columna publicada originalmente en http://www.callemexico.com

Twitter: @KermitFranco

Mail: rfranco@callemexico.com


2 comentarios:

  1. mmm, antes de saber todo lo que ya sabemos, yo tambien decia, porque tanto problema con los de kinky que Susana use el "kinky" si como dices, son publicos muy diferentes. Pero, al ver el cartel de publicidad de Susana Zavaleta, sinceramente y sin ponerme de lado de nadie, pareciera que el grupo kinky haria una tocada con Susana Zavaleta, el tamaño de la tipografia, la ubicacion... quien sabe, no sabmos si eso fue planeado o no....

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  2. Escribes muy chingon la neta, deberias de poner en este blogs los botones para compartir tus articulos en Twitter ó en Facebook

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